Ventajas del césped artificial en instalaciones deportivas
- Resistencia a un uso bestial
- Menos lesiones
- Te olvidas de estar cortándolo
- Drenaje espectacular
- Sostenibilidad
En cualquier cancha, ya sea de fútbol, rugby o padel, el césped tiene que aguantar lo que le echen. Y, vamos, que el césped artificial está hecho justo para eso, para soportar un trote constante sin que se venga abajo. Ni calvas ni zonas desgastadas que estropeen el campo, eso es un alivio. El natural, a la mínima que te descuidas, ya empieza a mostrar zonas peladas, y con este no pasa.
Esto es una de las cosas que más valoran los deportistas. El césped artificial está diseñado para absorber mejor los impactos, que es vital, sobre todo si juegas deportes de contacto, como el fútbol o el rugby. Ah, y también reduce el riesgo de caídas porque, bueno, es antideslizante, lo que siempre es una ventaja cuando te estás moviendo a toda velocidad.
Otra cosa que es un punto fuerte es lo fácil que es de mantener. Si alguna vez has tenido que encargarte de cuidar césped natural, sabrás que cuando llueve mucho o cuando no cae ni una gota, es un drama mantenerlo bien. Con el césped artificial, nada de eso, ni regarlo ni cortarlo ni andar preocupándote por fertilizantes. Solo necesita un poco de cepillado de vez en cuando, y listo.
Esto no se suele mencionar mucho, pero la verdad es que el sistema de drenaje que trae el césped artificial es de lo mejor. Después de una lluvia fuerte, se seca en nada, así que los jugadores pueden volver a la cancha sin que esté llena de charcos o zonas resbalosas.
No solo estás ahorrando agua, que en los tiempos que corren es más importante que nunca, sino también en fertilizantes y pesticidas, que tampoco son muy buenos para el medioambiente, si nos ponemos a pensar. Al final, es una opción más sostenible y, además, le ahorras unos cuantos euros a la instalación deportiva.